Los trastornos de conducta en la infancia y en la adolescencia se caracterizan por la desobediencia, las rabietas, el negativismo, etc.

Sin embargo, debemos ser cautelosos, pues cada edad tiene unas rabietas típicas, que forman parte del normal desarrollo de nuestros niños y adolescentes. No todas las rabietas indican un trastorno de conducta.

Cuando existe un trastorno de conducta, debemos considerar muchos más factores, a parte del temperamento.

Los problemas que se derivan de dicho trastorno pueden resultar muy perturbadores para los padres. Suelen suponer un desafío a su autoridad y control, llegándose a establecer un vínculo relacional coercitivo con los hijos.

Si estos problemas no se tratan, lamentablemente, van al alza, incrementándose su magnitud y frecuencia.

Es necesario trabajar el control de la emociones y la comprensión de las consecuencias.

La diferencia fundamental entre los miedos evolutivos con respecto a los miedos desadaptativos o ansiedad infantil consistiría en que, estos últimos, interfieren de modo importante en el funcionamiento de los niños en algún área (familia, amigos, colegio…) o se manifiestan con una elevada intensidad.

  • Ansiedad por separación. Puede que el niño no comprendra ni acepte el hecho de separarse de sus padres. Manifestando duda y temor. Esta problemática suele no recibir la importancia que merece. Puede visitar esta página web para informarse, de manera amena, sobre esta ansiedad.
    https://lorena9399.wixsite.com/ansiedadseparacion
  • Ansiedad social. Los niños pueden experimentar cierta timidez. Algunos se mostrarán más tímidos al interactuar con otros niños mientras que otros se pondrán más nerviosos en compañía de adultos extraños. Hay quienes se sentirán ansiosos ante cualquier relación nueva.
  • Evitar la escuela. Ir al colegio es un gran reto para muchos niños. A veces, por el mero hecho de afrontar un día lleno de novedades, de exámenes, etc. Otras veces, el bullying, la falta de habilidades sociales u otros problemas, hacen que la ansiedad ante el colegio aumente, creando gran malestar en el niño.
  • Ataques de pánico. La ansiedad se presenta en períodos de miedo intenso. Se trata de una experiencia tan difícil de superar que los niños viven con temor de volver a vivir esta experiencia. Por ello, es necesario ofrecerle ayuda.
  • Trastorno obsesivo-compulsivo. En este caso de ansiedad y angustia, el menor se encuentra atrapado dentro de un patrón de pensamientos y comportamientos repetitivos, los cuales le parecen imposibles de detener.
  • Estrés post-traumático. Tiene lugar cuando el menor se enfrenta a un acontecimiento de riesgo. Los menores con estrés postraumático buscan evitar todo lo que asocien con el trauma, también es posible que presenten trastornos de sueño y sobresaltos.

El autismo es una alteración del desarrollo infantil. Afecta áreas importantes como la comunicación, el lenguaje, el juego y las relaciones sociales.

Usualmente las primeras señales del autismo aparecen entre los 18 meses y los 2 años de vida. Aún no se conoce la causa exacta del autismo, pero sí que tiene que ver con el funcionamiento del sistema neurológico y del cerebro.

Las personas con autismo se caracterizan por presentar dificultades específicas a nivel social, comunicativo y cognitivo. Por ello, debemos estimular y mejorar lo siguiente:

  • Dificultades severas para la interacción social y la empatía emocional.
  • Dificultades severas de comunicación, que se reflejan en la ausencia de gestos espontáneos y la dificultad para adquirir lenguaje funcional.
  • Limitaciones importantes  en las funciones de simbolización e imaginación, que dan lugar a una marcada inflexibilidad conductual y cognitiva, resistencia a cambios ambientales, patrones ritualizados de conducta, intereses restringidos y obsesivos.

El Síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo que se incluye dentro del espectro autista.  Afecta a la interacción social recíproca y a la comunicación verbal y no verbal. Presentan una resistencia para aceptar el cambio, inflexibilidad del pensamiento e intereses estrechos y absorbentes.

Las personas con este síndrome son, generalmente, extremadamente buenos en las habilidades de memoria (hechos, figuras, fechas, épocas, etc.) muchos sobresalen en matemáticas y ciencia. Hay distintos rangos de severidad de síntomas dentro del síndrome, lo que comporta que el niño muy levemente afectado resulta a menudo no diagnosticado.

Se consideran, dentro de las altas capacidades, dos conceptos diferentes que son:

  • El de talento: una persona talentosa es aquella que destaca en uno, dos o tres de los ocho tipos de inteligencia (lingüístico-verbal, lógica-matemática, espacial, musical, corporal cinestésica, intra-personal, inter personal y naturalista).
  • La superdotación: Se conceptualiza como un perfil en el que todos los recursos intelectuales presentan un nivel elevado; de creatividad, de razonamiento lógico, buena gestión de memoria, buena captación de información. Estos recursos se manifiestan en el razonamiento verbal, en el matemático y en el espacial. La configuración intelectual del superdotado implica disponer de recursos múltiples que permiten una acción combinada de éstos, es decir, estrategias complejas para solucionar problemas complejos.

El Trastorno del Aprendizaje se define como una dificultad inesperada, específica y persistente para la adquisición de un aprendizaje pese a una instrucción convencional, nivel de inteligencia y oportunidades socioculturales adecuadas. Estos trastornos se incluyen dentro de los trastornos del neurodesarrollo e interfieren en el aprendizaje de habilidades académicas y/o sociales y a menudo coexisten con problemas de conducta, de estado de ánimo y/o de ansiedad.

Cuando se da una detección temprana y una intervención especial apropiada, la mayoría de los niños y adolescentes pueden superar o aprender a compensar los problemas escolares que se hayan podido presentar.

Los tipos de Trastorno de Aprendizaje son:

– La dislexia o trastorno especifico del aprendizaje de la lectura, se refiere a una dificultad inesperada para adquirir la lectura que presentan algunos niños con inteligencia, motivación y escolarización adecuada.

– La discalculia o dificultad en el aprendizaje de las matemáticas,  se refiere a una dificultad  para aprender o comprender los conceptos numéricos, principios de conteo o aritmética.

– La disgrafía o dificultad en el aprendizaje de la escritura, se refiere a la dificultad para aprender o adquirir la escritura. Entre estas dificultades encontramos la confusión entre letras mayúsculas y minúsculas, cambios de letras o incluso una mala ortografía. 

– Los trastornos de aprendizaje no verbal: entre los que se observan problemas de coordinación, motricidad fina, aprendizaje y socialización, con una importante diferencia entre las capacidades verbales (respetadas) y las no verbales (alteradas).

El bullying es una forma de  maltrato, ejercido por un niño o grupo de niños hacia otro y puede ser tanto físico como psicológico. El objetivo es someterlo y asustarlo, con vistas a obtener algún resultado favorable o simplemente para satisfacer la necesidad de agredir y destruir.

Características del Bullying

– Tiende a originar problemas que se repiten y prolongan durante cierto tiempo.

– Suele estar provocado por un alumno, apoyado por un grupo, contra una víctima que se encuentra indefensa.

– Se mantiene debido a la pasividad de las personas que rodean a los agresores y a las víctimas.

– La víctima desarrolla miedo y rechazo al contexto en el que sufre la violencia; pérdida de confianza en sí mismo y en los demás, disminución del rendimiento escolar y puede llegar a ocasionar la exclusión social.

– En las personas que observan la violencia sin hacer nada para evitarla, se produce falta de sensibilidad, apatía e insolidaridad.

– Se reduce la calidad de vida de la víctima y de las personas de su entorno: dificultad para lograr objetivos y aumento de los problemas y tensiones.

Tipos de Bullying

Pueden producirse de manera aislada o simultáneamente:

– Físico: empujones, patadas, agresiones con objetos, etc. Se da con más frecuencia en primaria que en secundaria.

– Verbal: insultos y motes, menosprecios en público, resaltar defectos físicos, etc. Es el más habitual.

– Psicológico: minan la autoestima del individuo y fomentan su sensación de temor. 

– Social: pretende aislar al joven del resto del grupo y compañeros.

Lo primero que debemos tener en consideración, es que cada etapa del desarrollo, tanto en la infancia como en la adolescencia, cuenta con unos miedo que son evolutivos. Esto significa que, algunos de los miedos, son algo normal para los diversos momentos vitales.

El miedo a la separación, los extraños, los animales y la oscuridad son más bien característicos de la niñez.

Los relativos a la evaluación social (crítica, rendimiento, competencia, etc.) son más propios de la preadolescencia y adolescencia.

Los  relacionados con el daño y peligros físicos (no poder respirar, quemarse, un accidente de coche, una guerra…) suelen darse tanto en niños como en adolescentes.

Sin embargo, si dichos miedos dificultan la realización de diferentes tareas, son limitantes, producen pesadillas o terrores nocturnos, deben ser puestos en manos de un profesional para trabajarlos.

*En Ala Psicologia disponemos de una metodología de Realidad Virtual para tratar algunas de estas fobias. Esto nos permite acceder a la fobia de manera indirecta para así aprender a tratar con ella. Consúltenos.

La inteligencia emocional es la habilidad para gestionar bien las emociones. Entender y saber manejar las propias emociones proporciona a las personas resultados positivos en sus relaciones, consigo mismo y con las personas que le rodean.

El conocimiento afectivo está muy relacionado con la madurez general, autonomía y la competencia social del niño.

Una buena educación enfocada al trabajo de la inteligencia emocional nos permitiría:

– Detectar dificultades de desempeño en el área emocional.

– Conocer cuáles son las emociones y reconocerlas en los demás.

– Clasificarlas: sentimientos, estados de ánimo…

– Modular y gestionar las emociones.

– Desarrollar la tolerancia a las frustraciones diarias.

– Prevenir el consumo de drogas y otras conductas de riesgo.

– Desarrollar la resiliencia.

– Adoptar una actitud positiva ante la vida.

– Prevenir conflictos interpersonales

– Mejorar la calidad de vida.

El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH), es un trastorno que se inicia en la infancia y se caracteriza por dificultades para mantener la atención, hiperactividad o exceso de movimiento e impulsividad o dificultades en el control de los impulsos.

Existen 3 subtipos del TDAH, según el síntoma que predomine:

  • Tipo con predominio del déficit de atención.
  • Tipo con predominio de la impulsividad-hiperactividad.
  • Tipo combinado, donde predominan tanto síntomas de desatención como de impulsividad-hiperactividad.

La característica esencial del TDAH es un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad-impulsividad, más frecuente y grave que el observado habitualmente en niños de un nivel de desarrollo similar.

Se destacan las dificultades de autocontrol.

Principalmente, hay que distinguir el TDAH de comportamientos propios de la edad en niños activos, situaciones de ambiente académico poco estimulante y sujetos con comportamiento negativista desafiante.

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