El duelo es un proceso que se lleva a cabo después de una pérdida, ya sea de una persona querida, de un empleo, de una relación, de un objeto, etc. El duelo afecta psicológicamente aunque también afecta al comportamiento y al físico de la persona que lo sufre. Es un proceso necesario, universal y doloroso. Lo importante es integrarlo en la vida y restablecer una relación con él.

Los seres humanos establecemos relaciones por naturaleza. Estamos interactuando constantemente con los que nos rodean: construimos vínculos a lo largo de nuestra existencia para satisfacer nuestras necesidades de seguridad y protección como niños, para desarrollar nuestra identidad como adolescentes y para dar y recibir amor como adultos. Este impulso de conectar con el exterior surge desde el momento en que el bebé nace y empieza a relacionarse con su madre.

 

Características del duelo

Es un proceso, evoluciona a través del tiempo y del espacio, es normal (todo el mundo puede ser víctima de una pérdida significativa), es dinámico, depende del reconocimiento social, es íntimo (cada persona lo lleva de diferente manera) pero también es social ya que conlleva rituales culturales y, por último, es activo, la persona hará sus propias decisiones y les otorgará significado. Su función es elaborar el impacto de la pérdida y adaptarse a la nueva situación.

El duelo normal

El proceso del duelo es un mecanismo para adaptarnos a una pérdida, está normalizado ya que sus características se encuentran presentes en la mayoría de duelos. En el duelo normal hay unas seis conductas que se presentan con normalidad: malestar somático o corporal, preocupación por la imagen del fallecido, culpa relacionadas con el fallecido o con las circunstancias de la muerte, reacciones hostiles, incapacidad para actuar normalmente y, por último, muchos pacientes desarrollaban algunos rasgos del fallecido en su propia conducta.

¿Cuánto dura el proceso de duelo normal?

La duración del duelo está entre los dos y los tres años (si se trata de una persona significativa), se inicia desde el momento en que la persona empieza a evidenciar la separación y acaba cuando éste la acepta definitivamente.

También es normal que algunas personas afectadas por un acontecimiento traumático puedan, como consecuencia de su afrontamiento, experimentar cambios positivos en su vida. Hay factores de personalidad que pueden predecir este crecimiento postraumático que incluye cambios en uno mismo, en las relaciones interpersonales y en la filosofía o sentido de la vida. El crecimiento postraumático puede coexistir con el sufrimiento. De hecho, las emociones difíciles pueden ser necesarias para que se produzcan estos cambios.

Fases del duelo

El duelo normal suele estar estructurado en etapas que se producen sucesivamente:

1. Negación emocional

Es una manera de distanciarse emocionalmente del hecho, es la ausencia de reacciones que termina cuando ésta se presenta, debe durar entre 2 semanas y 3 meses.

2. Protesta

Se realiza con la gente más próxima aunque el enfado real es con la persona perdida, es muy necesaria expresar esta etapa.

3. Tristeza

Es donde hay más peligro de estancarse, se produce un aislamiento del mundo, es necesario tener de 3 a 5 relaciones con quién poder hablar de la pérdida.

4. Aceptación intelectual y global

Empieza a aceptarse el hecho, comienza costando hablar sobre ello y termina con pequeños comentarios sobre la pérdida.

5. Búsqueda del significado global

Consiste en hablar de todo lo que ha implicado esa relación en la vida de la persona.

6. Elaboración y nuevos apegos

Poderse vincular a otras relaciones sin que sea una sustitución de la persona perdida.

Tipos anormales de duelos

Aparte del duelo normal, existen otros tipos de duelos más complicados o patológicos:

  • Duelo crónico → de duración excesiva, la persona no puede pasar página.
  • Duelo retrasado → la reacción emocional no fue suficiente y se manifiesta tiempo después, desencadenándose por ejemplo, a través de recuerdos.
  • Duelo exagerado → síntomas de intensidad excesiva e incapacitante.
  • Duelo enmascarado → la persona no es consciente de los efectos de la pérdida.
  • Duelo desautorizado → el doliente no es socialmente reconocido y su dolor no puede ser públicamente expresado.

En este último caso, la ausencia de contacto de apoyo en el momento del acontecimiento traumático y en el tiempo posterior es, en sí misma, otra pérdida o trauma acumulativo.

Afrontamiento del duelo

En el proceso del duelo se dan dos tipos de mecanismos de afrontamiento: los orientados a la pérdida y los orientados a la restauración.

Para que el duelo sea ajustado, estos dos mecanismos deben darse de forma oscilatoria, aunque al avanzar el proceso en el tiempo predominan los mecanismos orientados a la restauración.

Las necesidades emocionales de las personas que han sufrido una pérdida

Las personas en duelo tienen ciertas necesidades que deben verse satisfecha para superar con éxito la pérdida.

  • Necesitan ser escuchadas y creídas en toda su historia de la pérdida.
  • Necesitan ser protegidas y tener permiso para expresar emociones.
  • Necesitan ser validadas en la forma de afrontar el duelo (saber que esto que les pasa es natural, está bien hecho y no es malo sentirse así).
  • Necesitan estar en una relación de apoyo desde la reciprocidad (que la otra persona le entienda gracias a una experiencia similar o que la otra persona “sepa” de lo que está hablando el afectado).
  • Necesitan definirse en la forma individual y única de vivir el duelo (que el resto de gente apoye su manera de sobrellevarlo).
  • Necesitan sentir que su experiencia de duelo tiene un impacto en las otras personas (que su dolor o su explicación de lo que está sufriendo marquen a los demás).
  • Necesitan estar en una relación donde el otro tome la iniciativa ya que ellos no son capaces de, por ejemplo, empezar a hablar del tema.
  • Y por último, necesitan poder expresar amor y vulnerabilidad enfrente de otras personas.

Elaboración de tipos especiales de pérdidas

Hay ciertas maneras de morir y ciertas circunstancias que requieren tratamientos especiales que van más allá de los procesos habituales. Las repasamos a continuación.

Suicidio

Los afectados no sólo se quedan con la sensación de pérdida, sino también con un legado de vergüenza, miedo, rechazo, enfado y culpa. Es posible que un duelo por suicidio pueda ser más intenso y durar más tiempo que el duelo debido a otro tipo de pérdida.

El sentimiento más destacable es la vergüenza, que afecta tanto individualmente como al núcleo o unidad familiar y la culpa, los familiares asumen la responsabilidad de la acción del fallecido y tienen el sentimiento de que podrían haber hecho algo para evitar esa muerte o, por el contrario, la culpa se manifiesta culpando a otras personas de esa muerte.

Muerte súbita

Se producen sin aviso. En este tipo de muertes, se percibe la pérdida como si no fuera real, la mente no asimila un cambio tan brusco por lo que es necesario un tratamiento específico que ayude a aceptarlo.

Muerte perinatal

En este caso es necesario darle importancia al duelo del bebé fallecido ya que, si se menosprecia, puede incitar a los padres a producir otro embarazo que solo serviría como sustitución del anterior y podrían surgir problemas posteriores.

Aborto provocado

Suele ser un duelo enmascarado que se manifiesta a través de otros acontecimientos o hechos, sin que el paciente sepa que son debidos al aborto provocado sucedido con anterioridad, al ser una pérdida provocada, no suele hablarse de él y pretende ser olvidado rápidamente sin embargo, una mujer que no elabora bien ésta pérdida puede ver intensificadas pérdidas posteriores.

Duelo anticipado

En el duelo anticipado, la muerte se conoce de antemano por lo que se empieza el proceso o las respuestas emocionales antes de que se efectúe la pérdida. El duelo prolongado puede producir resentimiento y, a su vez, lleva a la culpa. El duelo anticipado no tiene porque acortar ni reducir la intensidad del proceso de duelo posterior a la muerte

Sida

Debido al estigma del SIDA, es realmente complicado encontrar apoyo social para este duelo ya que existe el miedo del rechazo o a ser juzgados si se descubre la causa de la muerte. A causa de estos miedos es probable que se ocasione un aislamiento hacia el enfermo. Una manera efectiva de sobrellevar este tipo de duelo es el apoyo en grupos sociales que están el la misma situación.

Conclusiones

En resumen, el duelo es un proceso con el que toda persona puede verse afectada o involucrada en algún momento de la vida. Es un proceso difícil pero resoluble en el cual es muy necesario el apoyo de los demás para lograr superarlo. En el duelo no es necesaria la presencia de un psicólogo que nos ayude a sobrellevarlo pero en ocasiones es de gran ayuda el servicio que éste nos puede ofrecer.

Hay muchos tipos de duelos y muchas maneras de sobrellevarlo pero todos tienen unas bases o principios comunes que nos ayudarán a la hora de identificarlo.

El duelo es un proceso serio que puede ocasionar muchos problemas si no es tratado debidamente por lo que es de vital importancia saber acerca de él y estar preparados para ofrecer ayuda a las víctimas tanto desde una visión profesional como desde una visión más cercana como puede ser ayudar a un familiar o amigo a sobrellevarlo.

​El duelo: afrontando la pérdida de un ser querido
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